lunes, 26 de noviembre de 2012

VARIACIONES SOBRE UN ADOQUÍN


Camino y vuelvo a caminar,
a veces pisándolo, a veces no.
Hay un adoquín que me llama
la atención
por nada en especial. A veces lo
acaricio suavemente con la punta
del zapato
sólo para sentir su superficie
pulida.

Me ha visto muchas veces, de
noche, con lluvia o calor, con
estrellas o frío,
hecho sueño, pensando, blasfemando
o esperando.
Y hoy me detengo a acordarme
de él.

Hay millones de adoquines
empedrando
el camino de los días
y paso entre ellos sin verlos, sin
diferenciarlos,
tan sólo a veces fijar la vista
en uno.

Hoy recuerdo o caigo en la cuenta-
ta
que yo tan sólo soy un adoquín
más
en el camino de los días.

El viento rechina helado entre
los edificios adormecidos,
noche,
gotas de sangre en algún lugar.

He ahí los adoquines, esperando
el paso irreverente de alguna
bota.

Calle tristemente pareja
la del camino de los días
con seres tan chatos.

Admiro los adoquines de las
cortadas que, armados de valiente
rebeldía
han dejado crecer los yuyos
mientras sueñan con ser
campanilla
de algún cerco.

(06/09/1976)*

*Dejé la fecha para que, calculada la edad del autor, se le tenga paciencia y, también para ubicarlo en el "espacio-tiempo" de los argentinos...

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